La necesidad de transportar objetos propició el desarrollo de las primeras técnicas de tejido en el Perú. Sin más recursos que los que la naturaleza ofrecía, nuestros ancestros aprendieron a usar el junco o la totora para producir bolsos y canastas con un alto grado de resistencia. Las shicras, por ejemplo, bolsas trabajadas con técnicas de anudado, fueron empleadas por las culturas de la costa central.

 

La flexibilidad de estos materiales no solo permitió variar los volúmenes y dimensiones de estos productos, también hizo posible la exploración de nuevas técnicas en las que el cruce de fibras derivaba en patrones de formas geométricas sencillas. Más adelante, con la domesticación de los camélidos andinos y el empleo de su pelo en el trabajo textil, estos patrones se complejizaron y dieron paso a elaboradas composiciones figurativas que, en algunos casos, tendían a la abstracción.

 

Con el paso del tiempo, la llegada de nuevas herramientas, técnicas y materiales, los conocimientos textiles ancestrales, lejos de desaparecer, se enriquecieron y mantuvieron resilientes en pequeñas comunidades de artesanos y artistas tradicionales en distintas regiones del país. A inicios del siglo XX, las celebraciones por el 1º Centenario de la Independencia del Perú prepararon el camino para un arduo trabajo de reflexión en torno a la identidad nacional. De este modo, con el apoyo de grandes intelectuales, se dio inicio a un largo proceso de revalorización de las artes populares, dentro de las cuales se hallaba la textilería.

 

Desde hace algunos años, gracias al trabajo en conjunto entre comunidades de artesanos, artistas contemporáneos y diseñadores, estas milenarias técnicas han ido ganando visibilidad e incorporándose a nuestra cotidianidad. Por medio de la confección de prendas de vestir, la fabricación de objetos de diseño utilitario o la creación de obras de arte, estas técnicas se actualizan y adquieren nuevos significados y propósitos. Esta exposición presenta apenas un reducido número de piezas que nacen de proyectos multidisciplinarios, y que demuestran que es posible entrelazar pasado y el presente para tejer el espacio que habitamos.

 
Jerson Ramirez
Febrero, 2022.